VAMOS DIRECTO… Ve por tu blog con persuasion
No caigas en la trampa de usar un lenguaje corporativo (es aburrido y no conecta con las emociones de las personas), escribe como hablarías con la persona enfrente (cara a cara). Nada de “apreciado y respetado Dr” bla bla bla… “reciba mis más cordiales y sinceros saludos”… Fíjate en cómo te hablamos a ti (de manera personal) de la misma forma en cómo le hablamos a un amigo. Eso es exactamente lo mismo que debes modelar a la hora de escribir…
Si bien es importante posicionarse en la mente de tus prospectos y clientes hay estrategias más poderosas que estar auto promocionándote. Ten presente que a una persona interesada por alguno de tus productos no le interesa de manera directa quién eres, qué haces, cuánto llevas en el mercado, etc, lo que realmente le interesa es el resultado específico que va conseguir al obtener tu producto o servicio, es decir; esos beneficios que tu producto/servicio ofrece, y eso (los beneficios No las características) es lo que tú tienes que entrar a resaltar siempre que hagas un texto persuasivo.
Sea como sea tus ofertas tienen que tener un límite, por experiencia y conocimiento la mayoría de las personas tienden a comprar en “el día de vencimiento”. Esto me recuerda una tienda de ropa, cerca a un centro comercial muy prestigioso en Bogotá, que tenía literalmente una fila enorme de personas queriendo entrar ¿por qué? porque en la entrada tenía un aviso gigante que decía:
Tienes que pedir la venta, que la gente compre, que llame, que deposite su dinero, etc. y éste debe hacerse con fuerza, con seguridad y “a prueba de tontos” es decir; no asumas que el cliente sabe lo que tiene que hacer simplemente porque tú lo sabes, explícales el paso a paso, y para saber si lo estás haciendo bien, ponte en los zapatos de tus clientes.
Siempre explícales a tus prospectos y clientes por qué haces X cosa, por qué ofreces Y descuento, por qué solo hay plazo hasta X fecha, etc. Esto genera confianza y al mismo tiempo responde las objeciones lógicas que se generan en la mente de las personas que leen tu texto persuasivo.